El Departamento de Defensa “publica estos vídeos para clarificar cualquier malentendido por parte del público sobre si las grabaciones que han ido circulando son reales o no, y si hay más (contenido) en los vídeos. El fenómeno aéreo que se aprecia en los vídeos permanece clasificado como no identificado”, explicó el Pentágono sobre estas imágenes, que habían sido filtradas y llevan circulando en la red desde 2007 y 2017.
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