Todos los días, desde que la policía cerró la frontera para evitar la propagación del virus, Karsten Tüchsen Hansen, un agricultor retirado de 89 años, e Inga Rasmussen, una ex proveedora de alimentos de 85 años, se han encontrado en la frontera de Mollehusvej para conversar, bromear y beber, manteniendo una distancia social mínima.
Este contenido fue publicado primero en Listín Diario. Clic aquí para ver la información completa.
Deja un comentario
Su correo electrónico no será publicado. Los campos obligatorios están marcados con *